EL HUILA CAFETERO

El café siempre ha estado ligado a la historia de Colombia y, por ende, del Huila. Desde sus primeros cultivos ha dado forma al territorio, soportado la economía y ofrecido riqueza social y herencia cultural a sus habitantes, al punto que podemos decir que en este territorio se vive y respira la cultura cafetera.

HUILA, TIERRA DE ENSUEÑO DE LA CAFICULTURA

En el Huila la majestuosa cordillera de los Andes, tras cruzar toda Sudamérica se divide y se extiende en tres vertientes conocidas como las cordilleras Oriental, Central y Occidental, lo que convierte a este territorio montañoso en uno de los más privilegiados y biodiversos del país.

Picos nevados, páramos, riqueza hídrica insuperable, valles fértiles productivos todo el año y hasta un desierto prehistórico forman el variado paisaje y clima de esta exuberante tierra de origen volcánico llena de biodiversidad de flora, fauna y hogar de un pueblo de vocación agrícola que vio en el cultivo del cafeto, la oportunidad de crecer y en comunión con la naturaleza; conquistar sus sueños.

En el Huila +85.000 caficultores siembran en 35 de los 37 municipios que lo conforman, cosechando café, durante 8 de los 12 meses del año en variedades como Castillo, Caturra, Geisha, Borbón -Rosado, Amarillo y Rojo-, Tabi, Típica, Java, Colombia y Maragogype, entre muchas otras. Desde el 2013 el café arábico lavado suave del Huila cuenta con sello de “Denominación de Origen Protegida”  debido a que su calidad y origen son una expresión única de la región y del país ante el mundo. 

El territorio cafetero de este departamento está dividido en 4 zonas cafeteras bien diferenciadas; Norte, Centro, Sur y Occidente. En ellas, se cultiva solo café de la especie arábica a alturas entre los 1.100 y 2400 m.s.n.m. en  manos de caficultores artesanales con cultivos promedio menores a 3 hectáreas.  En el Huila no existe ni el espacio, ni el terreno, ni la vocación agrícola para generar una agricultura industrializada  de gran volumen, allí la calidad superior es la premisa que lleva al progreso, no la cantidad.

En el Huila producir buen café se ha convertido en un arte, solo posible gracias al caficultor huilense; cúmulo de prácticas agrícolas heredadas tras generaciones, en mezcla con innovaciones técnicas que sabiamente usa para mantener los altos estándares del café suave lavado colombiano pero también para expandir la cultura de calidad a procesos innovadores de fermentación o secado que enriquecen los perfiles sensoriales del café.

El caficultor huilense de hoy respeta la tradición, impacta positivamente su entorno social-ambiental y se pone a  la vanguardia desarrollando cafés de autor, de calidad excelsa, con perfiles bien diferenciados que cumplen con las necesidades -y deseos- de los actores de la cadena de comercialización y que conectan especialmente con los exigentes y diversos consumidores modernos alrededor del mundo. Es así que el Huila anexa a la oferta clásica nuevos perfiles con microlotes y nanolotes en procesos de fermentación tradicionales como el Lavado y el Natural o alternativos como el anaeróbico, láctico, honey, en frío o la maceración carbónica, entre otros.